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Artesanías funcionales, la nueva ola de la ambientación hotelera

Cada hotel impregna detalles minimalistas y autóctonos para hacer de sus espacios una experiencia acogedora, confortable y agradable a la vista del huésped. Hospitalidad & Negocios dialogó con reconocidos diseñadores de interiores especializados en el sector, quienes compartieron sus visiones sobre las tendencias e innovaciones que otorgan un toque personal y único a los proyectos hoteleros.

En la hotelería se ha mantenido una línea estándar en cuanto a muebles, colores y texturas. En otras palabras, un concepto minimalista, reducido a lo básico y simple. Esto no significa que el estilo sea erróneo, pero para los especialistas la tendencia es romper con esos esquemas para que cada establecimiento tenga su propia personalidad y que su atractivo esté inspirado en el entorno en que se ubican.
"No es lo mismo desarrollar un complejo hotelero en Bogotá que en Barranquilla. Así como tampoco es igual el estilo de un Marriott Artisan al de un JW Marriott; o un bh respecto al de un Estelar." Con estas premisas la prestigiosa arquitecta y diseñadora colombiana Cristina Uribe destacó la importancia de saber traducir un proyecto a las exigencias, tanto de la cadena y sus marcas, como del target al cual apuntan. "Las personas que viajan con frecuencia y busca un sitio dónde pernoctar, esperan que el hotel tenga ese factor sorpresa. Por eso es importante contar con muebles y elementos decorativos adecuados: de tráfico pesado, de vida útil amplia y que transmitan una identidad", agregó.

Para lograr la armonía de un nuevo establecimiento, hay puntos importantes que todo diseñador y decorador evalúa: la ubicación, el tamaño, la relación con el arquitecto y, no menos importante, el presupuesto. Todos estos aspectos definen el norte de cualquier emprendimiento: "Visualizan la totalidad del hotel y el esquema de trabajo. Sumado a lo anterior, los materiales con los que se decore el lugar deben ser, en lo posible, maleables. Yo trabajo mucho con la madera, pues tiene la posibilidad de reinventarse. También es importante elegir telas de calidad y en una gama cromática amplia, totalmente institucional para tapicería y cortinas, entre otros elementos", dijo Uribe.
Una característica a resaltar en la nueva manera de crear las áreas del hotel es la integración de varias de ellas en un mismo escenario: "Actualmente se habla del ‘Great Room', en el que la división formal del espacio pasó a ser virtual. Desde la entrada está integrado el lobby, con áreas privadas para reuniones corporativas y restaurantes. Dejó de ser frecuente el Business Center, o incluso una sala de juntas, puesto que ahora en cualquier parte se pueden realizar esos encuentros de negocios", comentó la arquitecta, y complementó: "En el caso de las habitaciones, la parte tecnológica ya se está incorporando a los muebles, además de realizarse diseños especiales y a la medida. Eso los convierte en utensilios multifuncionales, modulares y adaptables a las necesidades que se deseen cubrir".
Es claro que la prestación principal de todo mobiliario es el confort, y el diseñador es quien debe cuidar esos detalles, como la altura de una cama, el grosor de un colchón, el menú de almohadas y las facilidades que agreguen valor al descanso del huésped, no sólo en materia de muebles, sino también en accesorios prácticos y decorativos.
De acuerdo con Uribe, "hay hoteles que le dan más importancia a las telas de las sábanas; que sean muy finas y no se vean sintéticas, para brindar una sensación natural. Sucede algo similar con la madera; ésta debe ser renovable y cumplir con certificaciones amigables con el medio ambiente, ya que son cartas de presentación de los hoteles y aportan a una calificación favorable en portales web especializados".
En decoración es clave conjugar la funcionalidad, la estética y la personalidad en espacios de hoteles que no son de colección, y crear una promesa de servicio ligada a la experiencia. Por ejemplo, el Hotel The Artisan D.C., en la capital del país, está fuertemente comprometido con la primera impresión que recibe el cliente, y pretende no sólo ofrecer a sus huéspedes comodidad, bienestar, confianza y calidez, sino hacer que se enamoren a primera vista de cada detalle, de su ambiente, y que logren vivir diferentes sensaciones y emociones, pues la disposición de los elementos decorativos también juegan un papel fundamental a la hora de generarles experiencias sensoriales.
Para ello, en hotelería recobra importancia el hecho de darle valor a todo lo que se hace a medida; lo que fue pensado por una comunidad de conocedores que se toman su tiempo para estudiar cómo sacarle a cada material lo mejor de sí, y cómo utilizarlo para que los detalles sean notables ante quien los disfruta. Es importante destacar que todos los hoteleros tienen su propia forma de desarrollar sus planes en materia de arte y decoración; poseen su línea, su hoja de ruta, pero evidentemente cuentan con elementos comunes. Por ejemplo, las medidas mínimas de las habitaciones. "Los hoteles americanos tienen estándares más claros. Hoy en día se están cambiando esos criterios. En Marriott y Holiday Inn, por ejemplo, los closets ya no son closets, sino que más bien son elementos abiertos que forman parte de toda una estructura. Como los espacios son cada vez más chicos, no se puede recargarlos. Cada hotel tiene su manual de instrucciones y uno tiene que basarse en eso", agregó Uribe.
Actualmente en Colombia, con la entrada de importantes cadenas hoteleras hay mayores exigencias en el mercado, y la hotelería se ha ido desarrollando conforme a esas necesidades. Por lo tanto, el hotelero local ha comenzado a redefinir su forma de darle vida a los espacios del establecimiento, volviendo a las riquezas culturales del país e incluyéndolas como piezas de arte. "Si un extranjero ve arte y objetos autóctonos, tendrá una experiencia más positiva", indicó Uribe.
Un ejemplo de ello es el B.O.G Hotel de Bogotá, un establecimiento que ostenta una combinación de texturas, colores, lujo y diseño, inspirado en dos grandes riquezas colombianas: el oro y la esmeralda. Con colores como el bronce, el verde y el gris, la imaginación de la diseñadora portuguesa Nini Andrade hizo del hotel un lugar completamente diferente a los demás, convirtiéndolo en el primer hotel en Colombia que forma parte de Design Hotels.
"Quería crear algo auténtico, con raíces propias del país. Y cuando conocí el Museo del Oro, y la belleza, el brillo y el color de las esmeraldas colombianas, tuve claro lo que deseaba hacer. Me preocupé por crear un hotel de esplendor creativo y artístico, consolidado a través de la selección de materiales nobles. Con el brillo del oro y las esmeraldas logramos crear un entorno que es, al mismo tiempo, austero y lujoso, funcional y caprichoso", afirmó Andrade.
Así, uno de los estándares para el uso de materiales radica en modelos modernos, durables, de fácil mantenimiento y limpieza, amables a la vista y al tacto; materiales con apariencia natural como mármoles, porcelanatos tipo piedra, mimbres naturales, hierros oxidados y vidrio con tratamientos diversos, entre otros requerimientos que se adapten a los espacios y al diseño.
De esta manera, de lo minimalista a lo autóctono, cada establecimiento impregna un poco de ambos para hacer de sus espacios una experiencia acogedora, confortable y agradable.

 

CÁPSULA 1:
Recubrimientos decorativos con Deco Depot

Deco Depot, empresa con más de 20 años de trayectoria en el país, se especializa en la comercialización de recubrimientos decorativos y arquitectónicos para paredes. Actualmente es el principal comercializador de papeles de colgadura, recubrimientos vinílicos y sistemas para la protección de paredes y puertas en el mercado colombiano.
Los recubrimientos vinílicos son, ante todo, un acabado decorativo y un elemento de protección para las superficies. Los diseños, texturas y colores enaltecen y dan carácter a las paredes. Su instalación es fácil y rápida, y no deja rastros de olores, polvo o contaminantes, lo que permite que las renovaciones no afecten la ocupación y funcionamiento de los hoteles. A diferencia del papel de colgadura, cuya base es papel, en los recubrimientos decorativos el sustrato es un tejido o un no-tejido de poliéster, y el contenido de vinilo es dos o tres veces mayor. Esto permite que sea un acabado muy resistente, fácil de lavar y mantener.
Los principales usos de los recubrimientos vinílicos en hoteles son en habitaciones, corredores de habitaciones y salones.

FUENTE: artesanias-funcionales-la-nueva-ola-de-la-ambientacion-hotelera

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